Nuevamente, este Día Internacional de las Mujeres miles de manifestantes expresaron sus reclamos y exigieron justicia para las víctimas de la violencia machista en distintas convocatorias en todo el país.
Jóvenes y no tan jóvenes, de los barrios porteños y del conurbano bonaerense, en grupos de amigas o con compañeras del colegio, de la facultad o el trabajo volvieron a autoconvocarse en Buenos Aires para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres. Algo similar se replicó en otras ciudades.
Es evidente que la lucha por el derecho al aborto en Argentina marcó un antes y un después. Y aunque la política oficialista, después de la aprobación de la ley de aborto, fue sacar al movimiento de mujeres de las calles, no ha podido evitar que cada 8 de marzo decenas de miles se movilicen con sus propias demandas.
Jujuy. Policías con escudos: así recibió el gobernador Morales a las mujeres que marchaban el 8M
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Sin embargo, aunque las calles se pueblen de manifestantes, desde el 2021 no volvió a haber convocatorias unitarias. Los años recientes, las distintas agrupaciones políticas, feministas, organizaciones sociales, estudiantiles y sindicales se concentraron en la misma Plaza del Congreso, pero leyeron documentos con distintas posiciones y demandas. Este año, ni siquiera se pudo establecer este acuerdo mínimo.
Mientras las agrupaciones afines al Frente de Todos se movilizaron al Congreso y de allí se dirigieron a Tribunales, en defensa de Cristina Kirchner, otro bloque integrado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, diversos colectivos feministas, Pan y Rosas, los partidos que conforman el Frente de Izquierda - Unidad, el Bloque Piquetero y otras organizaciones de izquierda marcharon hacia la Plaza de Mayo. Lo mismo se repitió en otros puntos del país.
Miles de maestras y profesoras, obreras de la industria, trabajadoras estatales y de casas particulares, de los comedores barriales, desocupadas, jóvenes estudiantes y precarizadas, enfermeras y residentes, trabajadoras de comercio, comisiones de mujeres que luchan por vivienda, familiares de víctimas de femicidio, marcharon junto a Nora Cortiñas, la diputada Myriam Bregman, las compañeras legisladoras y concejalas del Frente de Izquierda, históricas referentes de la Campaña por el Derecho al Aborto, dirigentes sindicales y estudiantiles y referentes de Derechos Humanos.
Comisión de Mujeres del SUTNA
La denuncia de los responsables del ajuste dividió las convocatorias
Como señaló la diputada Myriam Bregma, del PTS-Frente de Izquierda "se habla de nuestros derechos, pero la realidad es que ni este gobierno ni el anterior hicieron nada para cambiar esta situación: siguen las jubilaciones de hambre, el trabajo a destajo, los salarios de miseria, la precarización laboral, y todas ellas golpean particularmente a las mujeres."
Por eso, marchamos en todas aquellas convocatorias que fueron independientes de los gobiernos nacionales y provinciales. No callamos los nombres de los responsables de la deuda ilegítima ni de los que la avalan aplicando el ajuste que hoy reclama el FMI y que recae con especial dureza sobre las condiciones de vida de las mujeres.
En la Plaza de Mayo estuvimos quienes denunciamos la responsabilidad del Estado y los gobiernos, la Justicia y el poder legislativo en no disponer de fondos, ni de leyes para evitar que las situaciones de violencia terminen en femicidios previsibles. Lo mismo para las fiscalías y los tribunales que desestiman las denuncias de las víctimas hasta que es demasiado tarde.
Y hablamos del ajuste y la violencia machista porque no se trata de "cosas que no tienen nada que ver". Mientras los femicidios alcanzan la espeluznante cifra de uno cada 30 horas, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, tiene el segundo presupuesto más bajo de todo el Gasto Público, apenas 0,19 %. Poco menos de 55 millones de pesos que es 53 veces menos que lo que se destina al pago de los servicios de deuda.
Pero a pesar de que la violencia machista no deja de cobrarse nuevas víctimas, el gobierno informa que entre abril de 2021 y enero de 2023 se crearon apenas 223 plazas nuevas en los refugios para albergar a las mujeres cuyas vidas están en riesgo. No es que no hay plata, es que las prioridades son otras.
🟣 #8Marzo #DiaInternacionalDeLaMujer @Hernand_nati acusó al área de género municipal de “darle la espalda a los reclamos” y afirmó que con lo que “no se ejecutó del Presupuesto 2022 se podrían haber creado subsidios para las víctimas”.https://t.co/YxejHJG6Aw
— El1 Digital (@el1digital) March 8, 2023
Si a eso le agregamos que las mujeres son la inmensa mayoría de quienes tienen trabajos precarios, sin derechos, con salarios muy por debajo de la línea de pobreza, resulta más evidente que las condiciones generadas por la inflación, los tarifazos y los recortes en Salud, Educación, Discapacidad y otras áreas relacionadas con los cuidados, golpean con mayor crueldad sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres trabajadoras y del pueblo pobre.
Párrafo aparte merece La Cámpora y otros sectores kirchneristas que, con el 8 de marzo, intentaron hacer lo mismo que pretendieron con el 24 de marzo próximo, cuando se conmemora el aniversario del último golpe de Estado: convertirlo en un día de movilización por Cristina Kirchner. Su consigna para este 8M era "De norte a sur, feminismo con Cristina". La convocatoria oficialista que acudirá al Congreso, después continúa en una vigilia frente a Tribunales, para esperar la lectura del fallo de la Corte Suprema contra la vicepresidenta que se leerá mañana.
¡Fuera las manos del Estado de nuestro movimiento de lucha!
"Río Negro, Santa Fe y Misiones tomaron la delantera y decretaron jornada no laborable el día 8 de marzo para las trabajadoras de la Administración Pública (...). El objetivo, sostienen, es promover la participación de las trabajadoras en las actividades que se realizan por la reivindicación de la lucha por la igualdad de oportunidades y el respeto de derechos", anunciaba Página/12.
Muchas feministas pueden ver estos gestos del gobierno con buenos ojos, porque parecen medidas que buscan alentar la movilización, pero el resultado es que se fortalece la política institucional, "desde arriba", más que nuestro movimiento de lucha, "desde abajo". No es una novedad: el kirchnerismo se ha forjado en la reconstrucción del Estado que se había hundido en una crisis sin precedentes en 2001. Y lo hizo justamente, desalentando todas las tendencias a la organización por abajo, coptando y regimentando a los movimientos y sindicatos que cada vez son más burocráticos. Durante dos décadas apostaron a fortalecer la idea de que los únicos cambios posibles vienen desde la gestión del Estado.
¡Van en contra de décadas de historia de un movimiento de lucha que, en Argentina, tiene una larga trayectoria de enfrentamiento con los gobiernos y las instituciones del Estado que legitiman, reproducen, justifican la violencia contra las mujeres!
¿Nos dice qué tenemos que reivindiciar en nuestro día ese mismo Estado que es responsable de miles de muertes de mujeres en abortos clandestinos, mientras nosotras nos movilizábamos año tras año exigiendo que se legalizara para impedir esa masacre? El mismo Estado cuyas fuerzas represivas están entramadas en las redes de trata que desaparecieron a más de 3 mil mujeres en los últimos años; el que sostiene con dádivas millonarias a la Iglesia que luego se enfrenta a cada uno de nuestros derechos; el que reprime a nuestras compañeras cuando se movilizan para reclamar trabajo y planes de asistencia para sobrevivir junto con sus hijos; el que incendió las casillas precarias de las mujeres sin vivienda de Guernica; el que encarceló a las mujeres mapuche en Bariloche...
Pan y Rosas pelea por poner en pie un movimiento de mujeres de lucha, independiente del Estado y todos los partidos del régimen. Ningún compromiso con el Estado capitalista patriarcal que es garante de nuestra opresión y pretende decirnos en qué actividades tenemos que participar y cuáles tienen que ser nuestras reivindicaciones.
Exigimos, como cada año, a las direcciones de las centrales sindicales que convoquen asambleas en todos los lugares de trabajo para que se vote y se construya desde abajo, un paro nacional por las demandas del movimiento de mujeres. Basta de asuetos para desorganizarnos y desmovilizarnos y otros arreglos de la burocracia con los funcionarios de gobierno. ¡Tenemos la fuerza para paralizar el país, convencer a nuestros compañeros para que apoyen nuestra lucha y que se oigan bien fuerte nuestros reclamos, hasta que la tierra tiemble!
Tenemos un gran desafío por delante
Ya conquistamos el derecho al aborto confiando solo en nuestras propias fuerzas. Pero aún seguimos necesitando que se aumenten y ejecuten las partidas presupuestarias para atender a las víctimas de violencia, porque no queremos Ni Una Menos. Tenemos que organizarnos para impedir que los femicidios queden impunes, como lo estamos haciendo con el juicio por el crimen de Lucía Pérez hasta que conseguimos que se haga justicia.
No alcanza con denunciar la deuda que el gobierno de Macri contrajo con el FMI. Hay que denunciar que hoy el gobierno del Frente de Todos la está "honrando" con un ajuste que golpea a los sectores populares y con especial saña a las mujeres. Y tenemos que proponernos que no vamos a parar hasta conseguir que el trabajo de cuidados sea reconocido por el Estado y las patronales, que las mujeres tengan derecho a una jubilación, que las que son sostén de hogar tengan una vivienda donde poder habitar con sus hijos, que se terminen las brutales brechas de desigualdad salarial, de precarización y desocupación donde las cifras son adversas para nosotras.
Tenemos la experiencia. Tenemos la fuerza. Somos un movimiento enorme. Preparémonos para la lucha.
No pedimos, ¡exigimos! nuestro derecho al pan y también a las rosas.